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ENSEÑAR ROBÓTICA Y TECNOLOGÍA: UN RETO TRANSVERSAL

Autora: Carolina López.*
Armónico Agencia Consultora.

La robótica educativa es una enseñanza práctico – lúdica en la que se realizan actividades de diferentes áreas como la electrónica, la programación, el lenguaje y la creatividad para fomentar en los niños y las niñas el interés por la tecnología de una manera innovadora, y prepararlos para el futuro por medio de un pensamiento computacional.

Esta metodología se basa en la capacidad de estructurar y diseñar soluciones innovadoras a los diferentes problemas que se presenten en la actualidad, facilitando el desarrollo del pensamiento lógico al mismo tiempo que se estimula la creatividad y la imaginación.

Diferentes colegios y centros educativos han introducido la robótica dentro de sus planes pedagógicos o en clases extracurriculares. Por ejemplo, en España, un equipo de profesionales ha diseñado el Método AOP para la formación en robótica educativa y tecnología, que busca enseñar a niños y niñas desde los 5 años hasta los 16 años a construir robots, programar, trabajar en equipo, liderar y fortalecer sus habilidades sociales, de comunicación, inteligencia social y rasgos de la personalidad que son fundamentales para su desarrollo personal.

Amaya Ortells, creadora y directora del Método AOP nos cuenta cómo es el funcionamiento de este método de educación que se desarrolló utilizando inteligencias múltiples e innovación educativa para poner al alumno en el centro del aprendizaje, utilizando la tecnología y la robótica como herramienta pedagógica. 

P. ¿Cómo inició el Método AOP?

R. Empezamos hace 5 años, en España no había mucha gente que se dedicara a esto. Estos últimos años han surgido muchas empresas y ha evolucionado mucho la robótica educativa. Comenzamos a dictar clases extraescolares con la metodología del Lego WeDo y el Programa Scratch desarrollado por el Grupo Lifelong Kindergarten del MIT Media Lab para la programación por bloques. Luego empezamos a colaborar y aportar nuestro conocimiento en el área de ciencia y tecnología en fundaciones como la Fundación Promete, y ahora, también hacemos la formación en centros culturales de Madrid, desarrollamos talleres y hacemos parte del currículo de algunos colegios con asignaturas como ciencias naturales, ciencias sociales, matemáticas o proyectos transversales.

P. ¿Cómo es la metodología de trabajo con el Método AOP?

R. Nuestras clases se componen de 3 fases: una primera etapa en la que se hacen dinámicas de trabajo en equipo, de presentación y de desarrollo personal para conocer a los participantes. Luego, en la segunda etapa, cuando se logra el objetivo se empiezan a construir y determinar los diferentes roles: creativos, constructores o programadores. Finalmente, en la tercera fase se hace la exposición en torno a reflexiones en las que cada estudiante tiene su protagonismo. Todos los niños y niñas son importantes, los motivamos e intentamos que cambien de rol para que descubran diferentes retos, pero dejamos que disfruten de la parte que más les gusta hacer.

P. ¿Qué beneficios tiene el Método AOP para los estudiantes?

R. Tiene muchos beneficios, creemos que al día de hoy el paradigma ha cambiado y realmente lo que se necesita es desarrollar el talento de los niños y las niñas. La tecnología permite un aprendizaje individualizado y que cada uno lleve a su máximo potencial porque al final no se trata de que todos aprendan igual, cada uno tiene su interés.

Así mismo, este método les enseña a trabajar de una manera diferente en la que el estudiante se basa en sus intereses y se convierte en el centro del aprendizaje. Aprenden haciendo y aprenden jugando.

P. ¿Qué logros ha obtenido este Método AOP?

R. Hemos obtenido muchos logros a nivel de desarrollo individual de los niños y niñas, hemos mitigado el cliché de que quienes se dedican a la tecnología no son muy sociables ni son populares. En nuestro Método, todos tienen un valor muy importante porque se eligen como parte fundamental del grupo, hemos logrado que todos demuestren su validez, construyan su proceso de aprendizaje individual y logren sus metas.

P. ¿Cuál ha sido la respuesta de las familias frente a este Método?

R. Las familias tienen emociones encontradas frente a la tecnología. Por un lado, temen a la adicción y el aislamiento que pueden producir los videojuegos y por otro lado saben que necesitan aprenderlo. Este Método es una forma amable de entender que no es lo mismo jugar un videojuego que crearlo, entonces los estudiantes entienden la facultad que tiene la creación de los mismos y los padres entienden que la tecnología es una herramienta de aprendizaje muy potente y que va a ser imprescindible para el desarrollo profesional de sus hijos.

P. ¿Qué reflexión le puede compartir a los docentes para que se atrevan a innovar en sus prácticas pedagógicas?

R. Que no tengan miedo a la tecnología. Realmente creo que hay muchos docentes que llevan una manera de dar clases desde hace muchos años y cambiarla es complicado, pero hay que arriesgarse porque realmente se puede enseñar el contenido con métodos más amables. Hay que entender que hoy en día las clases magistrales no tienen sentido porque los docentes ya no solo somos transmisores de contenido, ahora somos acompañantes.

No tengan miedo, vayan poco a poco, utilicen pequeñas aplicaciones, implementen el método de Gamificación o exploren diferentes metodologías para enseñar; esta es una manera de multiplicar y sumar a las prácticas pedagógicas que se están implementando.

La robótica educativa es una alternativa lúdica que debe tomarse en cuenta dentro de la educación infantil porque supone un cambio dentro del proceso de enseñanza, en el que el estudiante se convierte en el protagonista de un juego de construcción, mientras va fortaleciendo y desarrollando su creatividad. Así, se les garantiza un mayor aprendizaje en la ciencia y la tecnología aplicada a desafíos que requieren de soluciones reales.

*CORPOEDUCACIÓN no es responsable por las opiniones ofrecidas en este espacio.